La Asociación de Amigos de Fernando Quiñones, que se encuentra conmemorando desde finales del año pasado el 25 aniversario de la muerte del escritor, anda enfrascada en adaptarse a los cambios que ha tenido que afrontar de manera obligatoria por diversas circunstancias. De un lado, las obras en su sede del Baluarte del Orejón han traído consigo el traslado provisional al edificio del antiguo Rectorado en la calle Ancha donde están celebrando los actos de su programación cultural. Y de otro, el nombramiento de Blanca Flores como subdelegada del Gobierno central en Cádiz hizo que tuviera que dejar la presidencia de la asociación de la que fue fundadora y que ahora tiene al frente a Ricardo Carpintero. Nuevo timón y nueva sede, a la espera de regresar a la Caleta, para un rumbo y un entusiasmo que se mantienen, eso sí, inalterables.

El cambio de presidente ha sido obligado. La renovación por el nuevo cargo público de Blanca Flores ha servido también para realizar otros cambios en la junta directiva aprovechando que había nombres que preferían dar un paso al lado después de varios años de responsabilidad. Así, junto a Ricardo Carpintero forman ahora parte de la junta Águeda Cantero, Carlos Caburrasi, María Gómez y María Margarita Márquez.

Además, se han impulsado varias áreas de trabajo, a modo de comisiones, para agilizar el trabajo cultural que a lo largo de todo el año lleva a cabo esta pujante asociación. Desirèe Ortega (cine y teatro), Inma Márquez (música), José María Jaén (flamenco) y Eugenio Barriola (libros y biblioteca) son los coordinadores de cada una de estas áreas.

Porque la Asociación de Amigos de Fernando Quiñones es una organización con músculo. Tanto por el número de actividades que organiza cada año como, sobre todo, por las personas que la integran: casi 200 socios conforman la nómina de ‘amigos’ del autor de ‘La canción del pirata’. Se trata de una cifra notable para una asociación gaditana y cultural, una asociación que ofrece distintas cuotas para asociarse con una mínima de 7,50 euros al trimestre. “Es un dinero prácticamente simbólico -explica Carpintero- que se compensa en cuanto se asiste a algunas de las actividades, como conciertos o teatro, en los que se cobra un donativo para cubrir los gastos del acto.

Son actividades que antes se celebraban en las dependencias del Baluarte del Orejón y que ahora, en tanto continúan las obras de remodelación de este espacio junto a la Caleta, tienen como escenario en el salón de actos del edificio de Ancha,16, donde esta asociación comparte espacio con la Real Academia Provincial de Bellas Artes, también trasladada de manera provisional, y con la Fundación Carlos Edmundo de Ory, que en este caso tiene en el edificio del antiguo Rectorado de la UCA su sede permanente tras la permuta del Centro Reina Sofía.

Y es también en este céntrico edificio de Ancha, al que la gente según cuenta Ricardo Carpintero está empezando a considerar como “una Casa de la Cultura”, donde se habilitado una sala para acoger la llamada Biblioteca Social Nadia Consolani. Un potente Club de Lectura fortalece esta biblioteca con la que la asociación reconoce la figura de la viuda de Fernando Quiñones, una destacada artista siempre a la sombra del escritor que también fue poeta y que en el campo de la creación artística cuenta con una relevante producción como ceramista.

La biblioteca se nutre de las donaciones que recibe y también de todos los escritores y poetas que presentan libros dentro de la programación de la asociación y que aportan un ejemplar a sus fondos.

Nadia ha sido siempre una persona muy ligada a esta asociación. Desde su creación, la viuda de Quiñones ha estado muy presente en numerosas actividades, acudió a la inauguración de la sede en el Baluarte del Orejón en marzo de 2018, además de participar en muchas de las catorce rutas que la asociación ha organizado desde que comenzó a funcionar con el perenne objetivo de mantener viva la memoria y el legado de Quiñones y, de paso, fomentar el conocimiento y la lectura de una obra literaria estrechamente vinculada con Cádiz.

De hecho, la asociación tiene en mente organizar próximamente una exposición dedicada a Nadia Consolani para recuperar su figura creadora.

Y todo en un año marcado por la conmemoración del 25 aniversario de la muerte de Fernando, un hecho que sustenta toda la programación de este grupo de incondicionales desde noviembre de 2023 y que tuvo en la última ruta, celebrada hace unas semanas, una de sus paradas más especiales.

Pero habrá más. A la apertura de una exposición en el ECCO, allá por el mes de diciembre, se unirá otra que, entre otros elementos, permitirá reunir en un mismo espacio los catorce carteles anunciadores de las otras tantas ruta de Fernando Quiñones celebradas hasta la fecha.

Otras de las próximas actividades se celebrará este martes 23 de abril, Día del Libro, una fiesta que la asociación celebrará en la sede de Ancha con una lectura continuada de la poesía y los relatos de Fernando Quiñones. Medio centenar de personas están ya aseguradas para un acto que comenzará a las 17.30 horas.

En próximas fechas se instalarán en distintos puntos de Cádiz unos artísticos azulejos que servirán para marcar los puntos de una Ruta Quiñones permanente que tendrá vocación literaria pero, también, turística. La intención de Carpintero es reunirse con guías turísticos gaditanos para presentarles esta ruta e invitarles a que la incluyan entre sus ofertas.

Y será noviembre cuando este intenso Año Quiñones finalice con el congreso que la Universidad de Cádiz organizará sobre el escritor chiclanero, una cita académica que está preparando Alberto Romero.

Actividades todas encaminadas a mantener el rumbo de la asociación, pese al obligado cambio de timonel, y que servirán también para confirmar los lazos que unen a la asociación con la Fundación Quiñones de Chiclana, ahora con Juan José Téllez como director y con la que felizmente se realizan también actividades de manera conjunta.